Consejos para mover a una persona mayor con movilidad reducida

Mover a una persona con problemas de movilidad supone un gran esfuerzo físico para los cuidadores

Usar ayudas técnicas o artículos de apoyo para las movilizaciones de pacientes resulta imprescindible para proteger la salud del cuidador y de la persona atendida, sobretodo cuando el paciente es poco colaborador y los cuidados son necesarios durante periodos largos.

Cuando estas cuidando una persona con problemas de movilidad, es frecuente tener que cambiarles de posición, bien en un mismo plano, como girarse en la cama, a lo que llamamos movilización o bien de un plano a otro, como al pasarle de la cama a la silla de ruedas, a lo que llamamos transferencia.

Estos movimientos suponen un gran esfuerzo físico para el cuidador. Hay que tener en cuenta que son movimientos que hay que hacer varias veces al día y en ocasiones durante años de cuidado. Si el cuidador no está bien entrenado, esto puede provocar lesiones musculo-esqueleticas, que se localizan principalmente en cuello, hombros, codos, muñecas, manos y columna vertebral, siendo el dolor de espalda el principal trastorno que sufren los cuidadores.

Y no podemos olvidarnos de que si no hacemos estas movilizaciones correctamente podemos hacer daño a la persona que atendemos e incluso se pueden  provocar accidentes y caídas que se traducen en ingresos hospitalarios y sufrimiento adicional del enfermo, así como inseguridad y sentimientos de culpabilidad del cuidador que pueden hacer aparecer  o agravar el síndrome del cuidador.

La movilización y transferencia no deberían ser una actividad agotadora, ni una fuente de riesgos y lesiones para el cuidador ni el paciente. Para conseguir estos objetivos es necesario tener en consideración una serie de principios básicos:

1. Adaptar el medio. Si en el entorno de trabajo se realizan los cambios necesarios que hagan posible determinados desplazamientos, transferencias y movilizaciones se estará mejorando la situación global del paciente, ya que podrá desplazarse y desenvolverse con autonomía. Del mismo modo, se mejora la situación del cuidador que podrá manejar al paciente y realizar los distintos cuidados y movilizaciones empleando el mínimo esfuerzo posible, reduciendo así la probabilidad de lesionarse o dañar al paciente.

2. Colaboración del paciente. Si el grado de dependencia o patología lo permite hay que hacer que el paciente participe activamente, explicándole lo que se va a hacer y pidiéndole su colaboración de forma coordinada, De esa forma además permitimos que el paciente explote su capacidad física.

3. Orientar al paciente. Una de las complicaciones asociadas a la inmovilidad es la desorientación, los motivos son muy variados y una parte de ellos podemos evitarlos mediante tres medidas: Comenzar cualquier manejo del paciente pidiéndole que mire o girándole la cabeza, en la dirección en la que se le va girar o desplazar. El motivo es muy sencillo, siempre que nos movemos la cabeza nos indica la dirección en la que lo hacemos, acompañando al resto del cuerpo y guiándole cuando se cambia el sentido, la dirección, o el plano en el que tiene lugar el movimiento. Emplear términos concretos y comunes a ambas personas, y no usar palabras que pueden resultar abstractas como derecha, izquierda si la lateralidad no está bien definida…que pueden resultar más difíciles de entender. Las referencias concretas más adecuadas son aquellas que se encuentran en la habitación, por ejemplo: gire hacia la puerta, mire a la ventana, etc. Movilizar al paciente de forma que se desplace sobre una supercie de apoyo, ya que estos movimientos aportarán al paciente información sensorial y por tanto le ayudarán en la orientación espacial.

4. Postura del cuidador

 – Mantener la espalda recta para que las cargas que actúan sobre ella lo hagan de manera vertical y así evitar contracturas musculares o cualquier otro trastorno de la columna vertebral.

 – Situarse en el lado hacia donde se va a mover al paciente.

 -Los pies deben estar separados y uno ligeramente más adelantado para proporcionar una buena base de apoyo que aumente la estabilidad.

 – Las rodillas ligeramente flexionadas, y se aumentará la flexión o extensión según se necesite ganar o perder altura.

– El cuidador debe trabajar a una altura aproximada a la altura del paciente.

5. No mover todo el cuerpo a la vez. En ningún caso hay que desplazar todo el cuerpo del paciente, sino que debe hacerse por partes, moviendo las distintas regiones corporales más pesadas de una en una y poniéndolas en dirección al movimiento, del mismo modo no debemos desplazar toda la distancia en un único movimiento, sino avanzar poco a poco, en pequeños pasos en la dirección adecuada, de esta forma se moviliza empleando el mínimo esfuerzo posible.

6. No levantar pesos. Levantar es el método que más esfuerzo requiere y el que mayor riesgo de lesión supone tanto para el profesional como para el paciente, debido a esto hay que evitar cargar con pesos levantando el cuerpo del paciente.

7. No hacer daño al paciente. La movilización y transferencia no deben ser bajo ningún concepto un proceso traumático o doloroso para el paciente. Existen determinadas zonas del cuerpo que son especialmente sensibles al dolor y que, por tanto, hay que evitar movilizar desde ellas en ningún caso, como el cuello o la cintura . Es mejor movilizar desde zonas mas robustas como pelvis y escápulas.

8. Mantener el cuerpo del paciente bien alineado. Si el cuerpo del paciente está bien organizado se desplazará vertical hacia la supercie de apoyo, siendo el esqueleto el que soporte el peso, y como los huesos están preparados para esta función el resto del organismo no tendrá que someterse a ningún sobresfuerzo.

Además de  todas estas recomendaciones, cuando la colaboración de paciente es escasa o supone un peso difícil de manejar por el cuidador, es recomendable utilizar algunas ayudas que pueden aliviar en gran medida el esfuerzo físico.

Artículos de apoyo para facilitar movilizaciones y transferencias

Dentro de las ayudas técnicas o artículos de apoyo, encontramos herramientas que pueden ayudar a hacer las movilizaciones con menos esfuerzo y mas seguridad, minimizando así el riego de lesiones de los profesionales y de los pacientes.

Aquí mostramos una lista de los artículos que nos parecen mas interesantes:

1.- Cama con carro elevador.

Este tipo de camas permite colocar la superficie de movilización a la altura de los brazos del profesional, favoreciendo su posición correcta con la espalda , evitando así contracturas musculares y otras lesiones de espalda

2.- Sabana superdeslizante

Favorece el reposicionamiento de las personas encamadas con diferentes grados de dependencia promocionando la autonomía personal. Minimiza el esfuerzo del cuidador en los cambios posturales. Ayuda a la transferencia de pacientes encamados. Minimiza la fricción bajo los puntos de presión.

3.- Guantes deslizantes

Se usan para realizar posicionamientos, pequeños ajustes de reposicionamiento y alisado de las sábanas. Los guantes se pueden utilizar en diversas situaciones de manejo manual de pacientes. Elimina la fricción de partes del cuerpo del usuario con el colchón. Ayuda a vestir, deslizando a través de él las mangas y perneras. Favorece el reposicionamiento de las personas que se deslizan en las sillas. Facilita la colocación de las manos entre el usuario y colchón/cojín. Útil para la liberación de la tensión de la piel

4.- Cojín de reposicionamiento

Cojín tubular antideslizante. Permite deslizarse fácilmente en una dirección mientras que se resiste a resbalarse en la dirección contraria. Facilita el mantenimiento de la posición de sentado en la parte posterior de la silla mientras que ayuda a evitar que el usuario se deslice hacia adelante de nuevo. Parte externa antideslizante que se agarra a cualquier superficie.

5.- Cojín giratorio.

Disco giratorio blando para facilitar al usuario la entrada o salida del coche o de la cama. Es muy fácil de usar. El usuario se sienta sobre él y se le provoca el giro.

6.- Disco giratorio

Disco giratorio para transferencias que facilita el giro de personas en pie. Es especialmente útil para transferencias de una silla a otra o de la silla a la cama y viceversa. Es importante un buen control del cuidador sobre el dispositivo para evitar accidentes.

7.- Banda flexible de movilización

La Banda Flexible de Movilización o Ayuda es un elemento eficaz que facilita al cuidador la labor de levantar al paciente con el mínimo esfuerzo y con seguridad. Se aplica a la altura de los glúteos. La banda está provista de un material antideslizante que se debe aplicar en contacto con el paciente. Proporciona al terapeuta o cuidador una extensión extra para los brazos. Permite controlar el tronco del paciente en tareas de movilización y transferencia, aportando sensación de seguridad al paciente y evitando lesiones por sobresfuerzo en el cuidador. Su sólida construcción con materiales resistentes y doble asa en los extremos con costuras reforzadas garantizan un uso seguro, efectivo y duradero.

8.- Cinturón de movilización.

Cinturón muy útil para ayudar a una persona a levantarse o sentarse, dar soporte al caminar o asistirle durante la transferencia entre cama, silla, silla de ruedas, etc., ya que ofrece soporte y resistencia durante la movilización y la transferencia.

9.- Grúas de elevación y traslado de personas

Provista de un actuador lineal que eleva o desciende el brazo superior y éste a su vez la percha en la que se coloca el arnés que sostiene a la persona. Una sola persona es capaz de manejarla con facilidad. Ésta acciona con el pie el mecanismo que se encarga de la apertura de las patas y coloca la grúa junto al paciente, le coloca el arnés y mediante un sistema eléctrico la grúa le eleva. Una vez en la posición elevada se traslada la grúa hasta la posición de destino. El movimiento de apertura o cierre de las patas es una gran ventaja a la hora de moverla por pasillos estrechos o colocar una silla de ruedas

10.- Grúa de bipedestación o «cambiapañales»

Mueve al paciente desde la posición de sentado a la posición vertical. La postura erguida es una actitud natural en el hombre. Se utiliza para la transferencia de personas de silla de ruedas a la cama o para ir al baño en posición vertical. Facilita el cambio de pañales en los adultos. Para evitar lesiones en el paciente, es indispensable que el paciente conserve capacidad de apoyo

Hay que tener en cuenta que no todas las ayudas técnicas son válidas para todas las situaciones. Es importante que el cuidador esté familiarizado y entrenado con las ayudas técnicas para que sepa hacer un uso correcto y evitar lesiones y accidentes. Por eso es importante solicitar asesoramiento especializado para cada situación antes de adquirir ninguna de ellas.